jueves, 27 de noviembre de 2008

Alonso de la Torre y Montánchez (1)

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José Ramón Alonso de la Torre es de esos periodistas que me gustan, profesor de Lengua y Literatura y enamorado de la idiosincrasia de pueblos extremeños y gentes extremeñas, tradiciones bien heredadas y muchas complicidades. En este "Paseo por Montánchez" intentaré recoger (cuando se pueda) alguna de las impresiones montanchegas que mi admirado articulista de costumbres ha ido escribiendo a lo largo de los años en sus crónicas periodísticas. Me consta que nuestro pueblo es uno de sus sitios predilectos, de visita recurrente. Historias que mezclan lo real con la imaginación de lo literario. Merece muchísimo la pena. Seguro que a él le encantará mi atrevimiento. Gracias, querido amigo.
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TÚ, EL HÍPICO; YO, MONTÁNCHEZ
(Periódico Extremadura, 21 de agosto de 2003)
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El hijo, al hípico y los padres, a Montánchez, o a Valdefuentes, o a Malpartida... Llega el fin de semana de agosto y la familia cacereña se dispersa. Los padres se van esta noche a Montánchez, paradigma de un pueblo cacereño en verano.
El viaje es un sosegado placer de media hora. En cuanto se asciende, tras el cruce de El Parador, la temperatura baja tres grados y un fresquito que relaja te recibe con cariño. Aparcar en lo alto del pueblo es fácil. Encontrar el ambientillo resulta sencillo: solamente hay que seguir a la gente. Así se puede llegar hasta la plaza del Altozano.
El ajetreo es de aúpa: hay un bullicio intenso y variopinto, la plaza está ocupada por decenas de veladores y sillas y encontrar una mesa vacía es tarea de titanes. Se levanta una familia y ocupamos su sitio. Estamos en el bar Pito Gordo. Llega el jefe a tomar nota. "¿Oiga, a usted por qué le llaman Pito Gordo", se interesa curiosa una madre cacereña. "Cuando usted quiera se lo demuestro, señora mía", responde pícaro el jefe.

CERVEZAS Y JAMON

Comienza la noche distinta, la noche rural, la noche loca de la Extremadura marchosa, la de los pueblos, la auténtica. Seis cervezas y una de jamón de pata negra, 15 euros. No es mal precio para tanto placer. Una nativa recién llegada de Francia a la que apodan La Vierge nos informa de los ritos veraniegos de Montánchez.
"La cosa comienza con el chateo. Hacemos siempre el mismo recorrido: La Posada, La Bodeguilla, Club de la Tercera Edad, Calabria, Pito Gordo, Trinidad, Palomo, Chapete y Chus. Hacemos una doble ronda y acabamos a eso de las seis. Raciones no pedimos, nunca jamás, eso sería un insulto. Nos ponen pinchos: a primera hora, carne y cosas buenas, a última, aceitunas y altramuces, que en Montánchez somos muy finos y nunca los llamamos chochos".
En la población de Montánchez, los camareros piden siempre especificación: "¿Cómo te pongo el vino, del bueno o del corriente?". Clásicos de la ruta como el popular Foxta lo toman del corriente, del de la cooperativa. Otros más exquisitos como Botica lo toman del bueno.
Nada más acabar de comer, es decir, a eso de las siete, la partida. Se celebran en La Posada o en la terraza del Pito Gordo. "En Montánchez juegan tanto hombres como mujeres. Se juega dinero fuerte y ahí están Mari Pepa, Mari José y Carmen, a las que llaman las tahúres de Monte Culebro por su habilidad con los naipes", apunta La Vierge .

Las partidas se acaban sobre las diez de la noche. "Las madres se van a casa a dar de comer a los niños y les dan deprisa, como a los pavos, para volver a salir. Los padres comen un poquito chope y a la calle. Unas veces vamos a cenar a los chiringuitos de la sierra y otras, tras unas cervezas, nos vamos a los corrales" .

PUBS AL AIRE LIBRE

En una calle céntrica, diversos corrales son adecentados en verano y reconvertidos en pubs al aire libre donde se bebe y se baila hasta el amanecer. Las copas cuestan dos euros menos que en el hípico.
Aunque el descubrimiento más sorprendente de Montánchez son los dos chiringuitos del monte (el de Angelita, que era precioso, ha cerrado este año). Quedan por la carretera de la sierra, tienen unas vistas hermosísimas, cuentan con césped, flores, arboleda y comida barata y rica (tortilla, oreja, rabo, embutidos, caracoles, chuletas, pisto, gazpacho, chipirones, costillas, pinchos morunos, etcétera).
De regreso a Cáceres, padres e hijos coinciden en el portal de casa, chocan sus manos y sus sonrisas felices demuestran que quien no disfruta en Cáceres en el mes de agosto es porque no quiere.
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Alonso de la Torre

viernes, 21 de noviembre de 2008

CURIOSIDADES 1

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"Mapa topográfico de Montánchez" de José B. Garriga
(Lit. Uceda Hermanos, Badajoz, 1894)
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domingo, 16 de noviembre de 2008

CRONISTA OFICIAL DE MONTÁNCHEZ

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Ayer sábado se recogía la noticia en los dos periódicos regionales (Hoy y Extremadura), aunque en realidad mi nombramiento como Cronista Oficial de la Antigua y Leal Villa de Montánchez fue la tarde-noche del pasado viernes 7 de noviembre. Los e-mails y los mensajes y llamadas al móvil me tuvieron entretenido toda la mañana. Muchas gracias a todos.
Cuando a uno le nombran cronista de su pueblo natal se le agolpan rápidamente muchos sentimientos que pasean entre la satisfacción de un trabajo reconocido, la nostalgia por los que ya no están y la alegría de sentirse apoyado; si he estado unido siempre al devenir de Montánchez el compromiso sería a partir de ahora definitivo. Mi nombramiento oficial se ha producido a raíz de publicar a finales de agosto mi Historia de Montánchez. Desde sus orígenes hasta el siglo XXI (2008), donde reuní varios años de trabajo partiendo de lo que se había hecho hasta ahora; el resultado final ha sido un libro digno, serio y documentado que según mi criterio Montánchez necesitaba como base para futuras investigaciones (la Historia anterior, con alguna modificación, se publicó en 1894). Muchos -no todos- se han acercado para felicitarme y darme las gracias (ya se ha vendido prácticamente la edición de tres mil ejemplares); me han leído y se han emocionado tanto como yo cuando redactaba sus casi 800 páginas para hablar de raíces comunes, de nuestro pasado, de nuestro presente, en una especie de viaje fascinante...
Pues eso. El Cronista Oficial más joven de España y seguramente el más orgulloso y el más querido por su pueblo. Yo sí me siento (en esta ocasión) profeta en mi tierra.

lunes, 10 de noviembre de 2008

DE PROFESIÓN, CRONISTA

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Los cronistas, que se encargaban en la Edad Media de recoger de forma escrita las principales hazañas (normalmente batallas y conquistas) de los monarcas españoles, datan del siglo XV; una peculiar "profesión" que se mantiene en algunas localidades y ciudades del territorio nacional a base de dedicación. Muchos de ellos, unos doscientos cincuenta, forman parte de la Real Asociación Española de Cronistas Oficiales (RAECO).
La figura del cronista, que parece obsoleta y decimonónica, sigue existiendo hoy pero sus funciones han variado con el tiempo. Es un poco como el notario de los acontecimientos, de los hechos relevantes, tanto pasados como presentes, de los municipios; y de alguna manera el estudioso de la localidad, el “entendido” en diversas materias al que consultar temas de forma oficiosa.
Es “oficial” porque al cronista tiene que nombrarlo una corporación municipal. Es un cargo vitalicio y honorífico. En los pueblos pequeños es el que asesora a la corporación en materia de heráldica, calles, edificios históricos, patrimonio, etc. Un cronista podría hacer poco pero “nunca” va a ser una carga para el municipio porque no cobra nada; es un cargo totalmente gratuito y todos tratan de favorecer a su localidad. No hay que cumplir ningún requisito para ser cronista oficial ya que está sujeto al criterio de la corporación, que saben quién es y conocen su trayectoria. Normalmente suele ser una persona relevante que haya destacado en alguna faceta.
Hoy el cronista tiene que modernizarse mucho. El único pago que recibe es la satisfacción personal y el reconocimiento a su trabajo. Hay que sensibilizar a los alcaldes de la necesidad de esta figura, porque hay muchos municipios con importante identidad histórica que no tienen Cronista Oficial y ciertamente lo necesitan. El cronista ha aportado mucho a la historia pasada y a la presente. No debemos olvidar que la gran historia de España está formada de pequeñas historias locales y a esas se dedica el cronista. Debemos cambiar esa imagen para que no se le relacione con el antiguo régimen; el cronista es una mezcla de periodista, historiador e investigador muy vinculado al mundo actual, a la cultura y a la historia.